Marruecos

Una semana viajando por Marruecos. Una experiencia es muy recomendable

Tánger, la primera parada

Estando de visita en Cádiz llegó el momento de pasar el estrecho en dirección al continente africano, nuestro destino, Tánger, una de las puertas de entrada a Marruecos. El ferry desde Tarifa, (merece la pena acercarse hasta aquí) aunque la publicidad dice que el trayecto dura 35 minutos, la verdad que se prolonga por un espacio superior a la hora, eso sí, en buenas condiciones pues son barcos modernos en los que apenas se nota el movimiento. Desde que embarcas tienes que hacer cola para que te visen el pasaporte (hay que rellenar un formulario de aduana tanto en la entrada como en la salida del país), un proceso largo y mal organizado, pero creo que era la forma de ver lo que nos esperaba...un país muy bonito pero tremendamente desorganizado y caótico.

Conviene cambiar el dinero en el ferry pues resulta más barato que hacerlo en España y no es nada recomendable moverse con euros por Marruecos. Si ya hacen negocio con los turistas que pagan en dirhams no quiero ni imaginar cómo será con los que lo hacen en euros.



Cada visita a Marruecos es una aventura, cada día que amanece es un dilema en el que habrá muchas anécdotas nuevas que añadir a los tópicos de este país. Marruecos casi siempre te embauca, es su naturaleza, su gente, su cultura, suela hipnotizar a todo viajero que tiene la mente abierta. Por eso sigue siendo un país encantador y a un solo paso de España en el que únicamente hay que aceptar la realidad en la que se encuentran y asimilarlo como parte de su idiosincrasia.

Nada más desembarcar y cuando sales de la zona portuaria te encuentras multitud de taxis (petit taxi y grand taxi) que te acechan para llevarte a algún lugar...no se debe coger el primero que se acerque, hay que ver "la oferta" pues aunque hay que tener claro que al final te van a engañar, no es lo mismo sentirtlo en cada momento, que pensar que has pagado un precio medianamente razonable por el traslado. Y sobre todo hay que regatear, este es el deporte nacional. Todo cuanto compres tienes que sufrirlo regateando. En algunos casos se pueden hasta enfadar si no entras en esa dinámica.

Hablando de los taxis, se pueden generar multitud de anécdotas en cada viaje en taxi. Primero con el taxista, los hay como en todos sitios amigables y charlatanes o serios pero te darás cuenta que cada taxi es un mundo. Subirse a uno supone entrar en otra dimensión, con sus moquetas tapando el salpicadero para que no se lo queme el sol, con los volantes aterciopelados en muchos casos, fundas reutilizadas en los asientos, puertas que no se abren, cinturones que no funcionan, incluso ausencia de algunos cristales...te puedes esperar casi cualquier cosa... y luego está la forma de conducir de cada uno...madre mía! a nosotros nos tocó sufrirlo en Asilah, en un camino de cabras con un fiat pequeño yendo a todo trapo y adelantando donde parecía imposible hacerlo mientras nos acercaba a la playa de "Las cuevas" (una preciosidad por cierto). Ah! y que no se me olvide comentar la sorpresa que te puedes llevar si el taxista de repende para a recoger a "otro cliente" sin preguntarte nada y dejándole poco más adelante sin haber pagado la carrera...o cuando se trae a alguna amiga...y aprovecha el viaje para dejarla en el mercado como nos sucedio a nosotros... de chiste :)

Tánger únicamente lo "utlizamos" para coger un tren hacia Asilah, nuestro destino de los tres primeros días., situado a 46 Km de Tánger. Al llegar a la estación de tren de Tánger, sufrimos nuestro primer desencuentro...no había taquillas para poder guardar las maletas...tuvimos que esperar al primer tren hacia Asilah durante dos horas en una estación que únicamente tenía una cafetería, un puesto de información y las taquillas para sacar los billetes...nos sirvio para adaptarnos a los horarios y tranquilidad de este país...

El viaje en tren genial, entras en una nuevo espacio, los vagones parecen sacados de alguna película de los años 60...asientos de madera...cristales que no se pueden ni abrir...sin aire acondicionado...una odisea...menos mal que cuando lo cogimos estaba vacío y pudimos sentarnos en un compartimento pues al apearnos comprobamos que no existe el límite de plazas y la gente se agolpa en los pasillos y en cualquier zona de cada vagón del tren. Fue una odisea sacar las maletas hasta la puerta del vagón. Para conseguir bajar del tres casi tenemos que tirarnos... La gente no respeta, como sucede en la gran mayoría de ciudades de Europa el "dejen salir antes de entrar".

Pero aún así, Marruecos gusta...


Asilah

La ciudad amurallada de Asilah, situada en la zona septentrional de la costa atlática de Marruecos, es ideal para visitarla en verano, cuna de artistas recibe en esa época cantidad de turistas tanto nacionales como extranjeros y es  una excelencte introducción a Marruecos, mucho más fácil para manejarse que su vecina del norte, Tánger. Encontrarás por sus calles, cantidad de paredes pintadas, artistas callejeros y señales que indican la importancia de estos personajes entre los habitantes de la ciudad. Sus edificaciones blancas con ventanas y puertas azules, son una caracterísitca de la Medina, como sucede en otras muchas ciudades mediterráneas.

http://www.viajesmaster.com/TangerV.htm


En Agosto, que es cuando estuvimos nosotros, se celebra un festival cultural muy interesante y de reconocido prestigio a nivel internacional, en el que la música y la pintura son los ejes principales. Durante todo el mes hay numerosos talleres, manifestaciones públicas de arte, conciertos y exposiciones de un claro enfoque español e islámico.


Asilah merece la pena ser paseada, reconocer la Medina y perderte por sus estrechas calles restauradas en los últimos años y que presentan un contraste de blancos y azules casi inmaculado. El acceso a las murallas es limitado. El bastión sudoeste es el mejor lugar para las visitas del mar y está muy concurrido durante la puestad de sol.
 
Un poquito de historia...
La muralla y la torre fueron construidas por Alfonso V de Portugal en el siglo XV, pero la historia de esta ciudad se remonta mucho más en el tiempo. Por su situación, en la parte atlántica del norte de África, fue muy visitada por fenicios y griegos , cartagineses  (dieron a la colonia el nombre de Zilis)y  romanos. Durante la Guerras Púnicas los lugareños apoyaban a Cartago y cuando la región cayó en manos de los romanos, los autóctonos fueron enviados en barco a España y sustituidos por íberos. El nombre de Asilah resurge con la llegada de los árabes en  el año 712. La llegada de los portugueses en 1471 supuso una gran transformación en la ciudad, construyeron las murallas que hoy en día rodean la ciudad. La fortificación estaba justificada ya que la ciudad se convirtió en un importante centro comercial en la ruta del oro sahariano. Tras un breve paso de los españoles la ciudad pasó manos de Mulay Ismail y fue repoblada con gentes provenientes del Rif. Desde 1912 hasta la independencia de Marruecos en 1956 formó parte del protectorado español.

 Otro de los encantos de Asilah es disfrutar de sus playas, o mejor dicho, de su playa por excelencia "Las Cuevas" o también llamada de "Las Palomas" situada a 5 Km. al sur de la Medina a la cual se accede por un camino en pésimas condicones. Las playas que las que se encuentran a pie de la Medina no se parecen en absoluto a ésta., sucias, ruidosas, y con poco encanto. Se trata de  una enorme playa, similar a las que podemos encontrar en la costa gaditana con arena fina, mar inmenso y en el que no se vislumbra el final...a esto hay que unir que por poco más de 15 euros/persona puedes alquilarte una hamaca con sombrilla y comer pescado fresco a la plancha en cualquiera de sus chiringuitos...¡¡una delicia!! La única pega es que no se puede llegar andando, hay que coger un taxi y negociar el precio con cualquiera supone otro suplicio. Preguntamos cuánto debíamos pagar por llegar hasta la playa pero después de sondear a varios taxistas, todos te pedían un 20% más! Al final decidimos quedar con un taxista todos los días y éste a su vez nos hizo mejor precio...desde ese momento no volvimos a negociar más taxis...estaba cuándo y dónde queríamos...

Los lugares más interesantes culturalmente son la torre El-Kamra, desde donde se puede ver el mar y los alrededores de la Medina o el Palais de Raisouli (un antigüo bandido, secuestrador y camorrista de Asilah).







Merece la pena alojarse en un pequeño hotel, donde el trato es más cercano y el servicio puede llegar a ser exquisito. Nosotros estuvimos en el Hotel Al Alba, una preciosidad.



http://www.flickr.com/photos/26320060@N04/2655709843




Marrakech

Quizás el enclave más famoso de todo Marruecos, y sin lugar a dudas, el centro neurálgico de la actividad de Marrakech, la Plaza Jemaa El Fna (en árabe significa Plaza de la Muerte pues en el pasado se ejecutaba a los infieles y se ajusticiaba a los delincuentes), Patrimonio de la Humanidad que te va a sorprender por sus enormes dimensiones a pesar de estar situada en el centro de la Medina, un verdadero entramado de callejuelas y pasadizos y donde se mezclarán a cada paso personas, animales, humo, comida, olores, ruidos, coches y motos que te llevarán por delante si no andas listo, pero a la cual querrás llegar y pasar cada vez que te adentres en la Medina.

La primera noche que pasas en la plaza es inolvidable, sorprende contemplar la algarabía y el continuo deambular de personas y la transformación que ésta sufre pues los tenderetes de la mañana dan paso a los puestos donde comer comida árabe, que inundan el centro de Jemaa El Fna; suena la música de los artistas, y se celebran diferentes espectáculos de faquires, curanderos, acróbatas o cuentacuentos. Es muy recomendable subir y tomar algo en alguna de las terrazas altas de la plaza, desde donde tendremos una perspectiva preciosa, sobre todo por la noche.




Según el escritor Paul Bowles, sin ella Marrakech solo sería una ciudad marroquí más.





La muralla que rodea la medina de de Marrakech (s. XII) supera los 14 Km.y te permite adentrarte en el pasado, en sus pequeñas y casi idénticas callejuelas, en sus zocos, en sus minúsculas tiendas.


La Koutoubia se situa en pleno centro y es el símbolo de la ciudad bereber, situada al sudoeste de la Plaza Jemaa El Fna. Es el minarete almohade más famoso y mejor conservado (gemelo de la Giralda) y tiene 70 metros de altura. Su nombre proviene de la palabra kutubiyyin (libreros en árabe) y es lo único que se conserva del gran mercado de libros que había en esa zona. Al anochecer, bajo la débil luz carmesí de la tarde, la poderosa llamada al rezo y los ecos posteriores resultan impresionantes.



Las tumbas Saadíes se encuentran escondidas de los ojos de los intrusos, junto a la mezquita de la kabsa, que fueron el privilegiado cementerio de los jerifes, descendientes del profeta Mahoma. En las recargadas tumbas están enterrados los príncipes saadíes, entre los que destaca Ahmed al-Mansour.

Otros lugares de interés cultural son la Mezquita y madraza de Alí ibn Yusuf, el Museo de Marrakech, el Palacio El-Badi, los el Jardin Menara.

Creo que no he tomado tantos zumos de naranja a lo largo de un día como aquí, donde por 30 céntimos tienes uno recién exprimido...

El contraste y colorido de ésta ciudad es espectacular.

http://www.voyagesphotosmanu.com/fotos_marruecos.html

Alojarse en Marrakech es dormir en un Riad, casa tradicional construida alrededor de un patio ajardinado. Oficialmente existen 600 en la medina. En todos se sirven desayunos tradicionales marroquíes, que incluyen zumo de naranja recién exprimido, tortitas y cruasanes. Alojarse en un riad es como quedarse en casa de un amigo rico, en plena medina disfrutas de la tranquilidad de la estancia. Sin duda alguna, la mejor elección, aunque si es posible, hay que buscar uno próximo a la plaza Jemma El Fna para no perderte por la medina ni correr ningún peligro por la noche (máximo 10 minutos andando). Nosotros elegimos el Riad 5 Sens, un lujo para los sentidos.



Para más información
http://www.visitmorocco.com/index.php/esl


Para finalizar un video de Marrakech

Agosto 2009